domingo, 19 de agosto de 2007

¿Cómo vio Lenin el socialismo en la URSS?








Marta Harnecker

Rebelión

Ustedes han escuchado por ahí: “¡Abajo el Imperialismo, viva el socialismo!” ¿Saben ustedes que el primer socialismo histórico real, el socialismo de la URSS, nació exactamente porque Rusia estaba involucrada en una guerra imperialista y los pueblos no podían ya resistir más el hambre y la miseria de esa guerra, y campesinos y obreros estaban en los campos de batalla dando sus vidas, especialmente los campesinos eran la carne de cañón que usaban esos gobiernos? El primer socialismo histórico que existió triunfó con la bandera de la paz, con la bandera de la resolución del problema del hambre, de la pobreza.

Los obreros y campesinos rusos cuando apoyaron la revolución que se inició en febrero de 1917 no apoyaron el socialismo —ellos no sabían lo que era el socialismo— ¿Qué apoyaban?, el fin de la guerra, querían la paz; se estaban muriendo de hambre, querían alimentos.

Justamente quienes aportaron inicialmente más al socialismo fueron dos hombres en un momento histórico determinado, Marx y Engels, que conocían las experiencias de lo que ellos denominaron “socialismo utópico”, éstas eran experiencias de pequeños grupos que buscaban soluciones solidarias dentro de sus respectivas comunidades. Su gran debilidad era que eran grupos aislados de todo el sistema. Lo que plantearon entonces Marx y Engels fue que para que estas experiencias pudieran ser exitosas había que tomar el poder político y transformar toda la sociedad.

Pero fue, Lenin, inspirado en Marx y Engels, quien condujo la primera revolución socialista en el mundo.

Imagínense cómo fuimos atacados cuando cayó el socialismo en los países de Europa del este y la URSS. Para los ideólogos del capitalismo había muerto el socialismo y junto con él el marxismo, la teoría que lo había inspirado.

¿Cuál era nuestra respuesta? La respuesta de Eduardo Galeano, el famoso escritor uruguayo que algunos de ustedes han leído. ¿Qué dijo él?: “Nos han invitado a un entierro que no es el nuestro. Ese socialismo que murió, no es nuestro muerto, porque el socialismo que nosotros defendemos, y que nosotros queremos construir no es el socialismo que se construyó en la Unión Soviética, no es el socialismo burocrático estatista, represor en muchos casos, es un socialismo esencialmente democrático, con plena participación popular.

Fue tan crítica la situación que Lenin consideró necesario emplear las reservas de oro del país, para comprar alimento para el pueblo. Esta medida fue criticada por algunos camaradas radicales quienes sostenían que eso no estaba en el programa. Efectivamente no lo estaba, el oro debería haberse destinado a industrializar el país, pero Lenin les respondió: “Tenemos que salvar a los hombres, a los trabajadores, esa es la principal fuerza productiva que tenemos, ¿qué país vamos a construir si dejamos morir de hambre a nuestros trabajadores?” La forma en que se fue desenvolviendo la revolución fue cambiando muchas cosas.

Lenin plateó en su libro “El Estado y la Revolución” escrito en 1917 poco antes de la revolución socialista de octubre, que el estado revolucionario debía a pagarle un salario obrero a los funcionarios del estado, y creía que cualquiera empleada doméstica podría manejar el estado. Después se dio cuenta que habían cosas bastante complejas en el estado y tuvo que aceptar la contratación de especialistas burgueses, especialistas del régimen anterior y pagarles mucho más que un salario obrero. Sabiendo a los peligros que se exponía el proceso con esa medida, plateó la necesidad del control obrero sobre estos especialistas.

Por otra parte, nunca fue intención de Lenin eliminar de un día para otro la propiedad capitalista, por el contrario, pensó ofrecerles a los capitalistas condiciones para seguir trabajando dentro de un régimen distinto, donde el poder había pasado a manos de los soviets de obreros y soldados.

La mejor prueba de que Lenin no se planteó eliminar las empresas privadas cuando su país comenzó a caminar al socialismo es el decreto sobre la publicidad, uno de los primeros decretos del gobierno soviético. Como los medios de comunicación habían pasado a manos del Estado, se dicta un decreto sobre la publicidad para que los capitalistas privados puedan publicitar sus productos en dichos medios. La concepción inicial de Lenin era el tránsito pacífico al socialismo donde sectores burgueses coexistirían con el poder revolucionario. Pero, ¿qué pasó? ¿Quién fue el que no aceptó esta idea? No fue el gobierno soviético, fueron los propios capitalistas que no aceptaron las reglas de juego implantadas por el gobierno revolucionario y en lugar de concertar acuerdos para sacar al país del hambre y la destrucción luego de la guerra , decidieron lanzarse en una guerra civil para derrocar al gobierno soviético, apoyados por los ejércitos imperialistas que rodeaban a Rusia. Y, teniendo claro que se trata de dos modelos económicos antagónicos, es fundamental que una parte importante de los recursos del estado se destinen a afianzar y desarrollar el sector estatal de la economía, ya que el control de las industrias estratégicas es la mejor forma de asegurar que triunfe la nueva lógica humanista y solidaria y se cumplan a cabalidad el plan de desarrollo nacional orientado a eliminar la pobreza.

No son los pueblos pobres los que hacen las guerras, las guerras en el mundo la han hecho los capitalistas. Cuando un pueblo se decide a luchar con las armas en la mano es porque ya no soporta más la esclavitud, la explotación, la miseria. Los pueblos quieren la paz, quienes les imponen la guerra son los opresores. Aquí en Venezuela, para no ir más lejos, se pretendió caminar por el sendero constitucional para hacer las transformaciones políticas y sociales y ¿quién hizo el golpe de estado? ¿Y quién hizo el paro y el sabotaje petrolero? Bueno, se produjo aquí la historia de siempre, de alguna manera la historia que Marx anunciada: cuando los dueños de medios de producción, cuando los capitalistas, cuando los dueños de las tierras sienten que están perdiendo sus privilegios, entonces reaccionan y reaccionan de una forma violenta. No podían aceptar que un gobierno popular aplicase por la vía democrática un programa de distribución más equitativa de la riqueza social que hería sus privilegios.

Las grandes industrias y el socialismo

Lenin puso gran énfasis en el desarrollo industrial de la URSS. Estaba convencido que sin grandes fábricas, sin una gran industria altamente desarrollada el socialismo era imposible. (Ver Cap.8 del Anexo) El problema era cómo hacer para que esas grandes industrias permitiesen a los trabajadores controlar el proceso de producción. Mientras más grandes eran las empresas más difícil parecía ser el proceso de participación de los trabajadores. Pero hoy, parece haberse comenzado a revertir esta situación. La nueva revolución tecnológica está permitiendo realizar con éxito proceso de descentralización de funciones, consultas democráticas en tiempo real a pesar de la distancia que pueda mediar entre distintos grupos de trabajadores, necesidad de involucrar no sólo al cuerpo del trabajador sino a su mente para lograr mayores rendimientos: el capitalismo mismo ha estimulado la participación de los trabajadores en los talleres de calidad, etcétera. La nueva revolución tecnológica estaría creando bases objetivas para una gestión más democrática tanto en los centros de trabajo como a nivel de la propia participación política.

Otro dato que ustedes deben saber. Lenin murió preocupado por las deformaciones burocráticas del Estado soviético. Lo que se construyó en la URSS se alejaba mucho de las ideas planteadas por el autor en su libro: “El Estado y la Revolución”. El Estado soviético se desformó o, más bien, no llegó nunca a ser transformado realmente. Por eso que Lenin, en uno de sus últimos escrito llegó a decir que los trabajadores debían luchar, y si era necesario, hacer huelgas, para atacar las deformaciones burocráticas del Estado soviético. .

En la URSS se cometieron errores también respecto a un tema muy sensible: el tema de las nacionalidades, de las minorías nacionales, en un país muy pluriétnico y con minorías fuertes. Había que respetar sus tradiciones, había que darles autonomía, pero ¿qué pasó? Había sectores del Partido Bolchevique que eran excesivamente centralistas y no eran capaces de entender lo fundamental que era para las comunidades oprimidas que se respetase su soberanía —mientras más sufre y más discriminado es un sector social, más necesidad de autoafirmación y de soberanía tiene—. Viendo que ni el propio Stalin entendía estas cosas, Lenin llegó a decir: “Debemos echar marcha atrás en los acuerdos para la conformación de la URSS, limitando los acuerdos sólo a la parte militar y diplomática” y reestableciendo en todo lo demás la total independencia de esas regiones. Poca gente conoce estos escritos finales de Lenin.

Pero antes de finalizar creo que es importante señalar un último punto: que ese socialismo fue derrotado, porque hubo toda una estrategia internacional concertada para lograr este objetivo. Por ejemplo, las constantes amenazas de guerra obligaron a la URSS a competir en la carrera armamentista. Obligó a un país como la URSS —que todavía no había logrado resolver todos los problemas sociales heredados— a invertir gran cantidad de recursos en armamento y en tecnología de punta en la industria militar. Eso, sin embargo, tuvo un resultado positivo: el gran despegue científico que allí ocurrió. Ustedes saben que el primer viaje a la luna fue realizado por los soviéticos.

Entonces, una enseñanza que yo quiero que ustedes saquen es que los procesos de construcción socialista se hacen en condiciones históricas concretas, y sobre todo en condiciones de correlaciones de fuerzas concretas, donde hay un sector que quiere construir y un sector que quiere destruir y en esa lucha se va construyendo y que, por lo tanto, esa construcción tienen todas las limitaciones y todas las imperfecciones de esa lucha. Una cosa es el sueño de los dirigentes y otra cosa es lo que se puede ir haciendo. Y esto ocurre no sólo al tratar de construir el socialismo, sino en cualquier tarea que se proponga un militante revolucionario: en un gobierno local, en una gobernación, en una alcaldía, en una federación estudiantil... En cualquier lado un militante revolucionario tiene que tratar de analizar las características de la correlación de fuerza que allí existe. Debe tener claro cuáles son las debilidades, cuáles son las fortalezas y tiene que elaborar un plan de trabajo. Ustedes en el movimiento estudiantil tienen que hacerlo. Si ustedes tienen una correlación de fuerzas negativas en las universidades, deben analizar muy bien por qué y deben organizar un plan de trabajo para transformar esa correlación de fuerza. Y ese cambio no se logra con discursos, no basta que ustedes lleguen y hablen de Chávez y la revolución, esa correlación negativa cambiará cuando ustedes logren ganar al estudiantado para un proyecto transformador a través de prácticas estudiantiles concretas.

Es importante que se conozca el origen de las ideas marxistas, los esfuerzos realizados por los socialistas utópicos. Hay que conocer las fuentes, conocer el análisis crítico del capitalismo que hizo Marx y que lo llevó a ver la necesidad de construir el socialismo. Es importante que ustedes se informen, que estudien, porque esto no se inventa de la nada. Hay que construirlo seriamente viendo lo que hay en la base social venezolana, porque hay que construir el socialismo en cada país, hay que partir de cada realidad particular y desde allí ir creando una respuesta a adecuada a cada país. No se pueden aplicar mecánicamente a Venezuela fórmulas que fueron apropiadas para otros países, y en otras circunstancias. Por eso tenía razón Simón Rodríguez cuando decía: “O inventamos, o erramos.” Deben ustedes saber que hoy no hay en ninguna parte del mundo una alternativa acabada. Tenemos que construir esa alternativa de acuerdo con cada realidad, considerando la correlación de fuerzas que en cada país existe, el grado de organización y conciencia popular alcanzado, la situación económica heredada y muchas otras cosas.?


Articulo completo

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=20491

No hay comentarios: